sábado, noviembre 23, 2024
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Los 500 años de la Batalla de Centla

Por Enrique Ortiz García

A partir del año 2019 al 2021 en México y España estaremos conmemorando los 500 años del proceso histórico conocido como “La Conquista de México”, el encuentro de dos mundos en suelo mesoamericano.

Es importante hacer el comentario que en realidad se trato de un conflicto que se dio principalmente en el centro del actual México por parte de grupos indígenas que se unieron a los contingentes españoles, encabezados por Cortés en contra de la hegemonía mexica.

Por lo que sería más puntual llamar a este evento “La Conquista de Mexihco-Tenochtitlán” o “Guerra Hispano-mexica”. Hago esta aclaración ya que el proceso de conquista y pacificación de los grupo nativos presentes en el territorio nacional tomó muchos siglos.

Vale la pena recordar que a finales del siglo XIX todavía el gobierno mexicano libraba una guerra a muerte contra algunos grupos de apaches encabezados por Gerónimo y Victorio, o la Guerra de Castas de Yucatán que inició en 1847 y terminó a inicios del siglo XX. Después de esta reflexión retomemos nuestro tema.

“Utópica” llegada de Hernán Cortés al territorio del Halach Uinik Tabscoob.

Uno de los eventos relevantes que se le presentó a la expedición comandada por Hernán Cortés en 1519 fue la batalla de Centla, la cual se libró en el margen izquierdo del río Grijalva, justo al poniente de la población que actualmente lleva el nombre de Frontera, en el estado de Tabasco. Entre el 11 y el 12 de febrero la expedición de Cortés, compuesta de 11 navíos, 508 infantes, 16 caballos, 100 marineros y 32 ballesteros hizo tierra en un lugar llamado Punta de Palmares, justo en la desembocadura del Grijalva. Debido a la poca profundidad del río mencionado, Cortés dio la orden a sus hombres abordar los bateles para remontar el Grijalva, navegando hacia el sur donde se ubicaba el asentamiento de los mayas chontales conocido como Potonchán, territorio gobernado por el Halach Uinik TabsCoob “Nuestro Señor de los Ocho Leones”. En esta palabra de lengua yocotan podemos encontrar el origen del nombre de uno de los estados que conforman la federación: Tabasco.

Cuando las huestes de Cortés llegaron a la playa de Potonchán el 13 de marzo, los estaban esperando miles de indígenas armados con arcos y flechas, con sus rostros pintados y plumas multicolores decorando sus cabezas, con el objetivo de repeler el desembarco y expulsar a los hombres barbados de su territorio.

El sonido incesante de caracolas, tambores y gritos que decían “alala, alala” le dieron la bienvenida a los europeos que empezaron a salir de los bateles bajo la lluvia de flechas que empezaba a caer sobre sus cabezas. Al mismo tiempo, protegido por los escudos de algunos infantes, el escribano del Rey, Diego de Godoy leía el Requerimiento, un documento jurídico avalado por la Corona Española donde se le informaba a los nativos que de acuerdo a la bula Inter Caetera expedida por el Papa Alejandro VI el 4 de mayo de 1493 el nuevo mundo había sido dividido entre España y Portugal.

Este documento no solo se refería a riquezas y territorios, sino también a sus habitantes, por consecuencia, se le informaba a los mayas chontales que eran súbditos de la Corona Española, aunque aún no lo sabían.

Evidentemente, los nativos ignoraron el Requerimiento, por lo que los españoles avanzaron contra sus enemigos. Jerónimo de Aguilar traducía frenéticamente al tiempo que esquivaba las flechas. Por suerte sus puntas no “tenían yerba” como las que usaban los nativos del Darién (actual Panamá). En otras palabras no estaban envenenadas.

Monumento al Halach Uinik Tabscoob ubicado en Villahermosa Tabasco.

Cortés, el gran estratega y político había previsto el ataque, por lo que antes de desembarcar había despachado una columna de 100 hombres bajo las órdenes de Francisco de Lugo, quien en lo más duro de la batalla apareció por el flanco de los mayas chontales, quienes se retiraron a la seguridad de la selva.

Cortés y sus hombres avanzaron para ocupar la población de Potonchán, donde se realizó el acto oficial de toma de posesión de la tierra en nombre de los Reyes de España. Al parecer este primer enfrentamiento no causó bajas al contingente español, sin embargo si hubo algunos heridos.

A pesar de que horas después de que terminara la refriega, un grupo de chontales visitaron el improvisado campamento español llevando obsequios y promesas de paz, Cortés decidió desembarcar los caballos de los navíos ya que sospechaba que los ataques continuarían.

Y así sería ya que al otro día, muy posiblemente el 14 de marzo de 1519, la columna de Francisco de Lugo que había sido enviada a explorar la región fue atacada por una multitud de nativos, lo mismo sucedió al contingente de Pedro de Alvarado, por lo que trataron de replegarse a Potonchán con el grueso del ejército. Al recibir las noticias de que estaban siendo atacados sus compañeros, el extremeño y su ejército avanzaron para hasta el llano de Centla, donde empezó una batalla de grandes proporciones. En palabras de Bernal Díaz del Castillo, un soldado que formó parte de la expedición, así fue el combate:

“Como eran grandes escuadrones, que todas las sabanas cubrían y se vienen como rabiosos y nos cercan por todas partes, y tiran tanta flecha y vara, y piedra, que de la primera arremetida hirieron a más de setenta de los nuestros, y con las lanzas pie con pie nos hacían mucho daño ; y un soldado murió luego de un flechazo que le dieron por el oído”.

Cuando parecía que la batalla no estaba decidida para ningún de los dos bandos, Cortés acompañado de sus capitanes (Cortés, Olid, Alvarado, Puerto Carrero, Escalante, de Montejo, de Ávila, Velázquez de León, de Morla, Lares, de Trujillo, de Bayamo, y Gonzalo Domínguez) realizaron una “carga jineta” contra los indígenas, quienes retrocedieron ante el ímpetu del ataque, asombrados al ver la fuerza y velocidad de unos animales que nunca habían visto.

Incluso hay fuentes primarias que comentan que los nativos pensaban que el jinete y el caballo eran un solo ser. Poco a poco los contingentes de arqueros y honderos chontales fueron “desbaratados”, puestos en fuga ante las estocadas de los jinetes que recorrían el llano a diestra y siniestra.

Las bajas entre los mayas chontales fueron de 800, “y muchos estaban medio muertos quejándose de las heridas” (Díaz del Castillo), mientras que los españoles tuvieron dos muertos y de acuerdo a Juan Miralles, entre 80 y 120 heridos. De los jinetes que salvaron el día, tres resultaron heridos, así como cinco caballos. Un dato anecdótico de la batalla registrado por López de Gómara es que algunos españoles vieron a los santos apóstoles Santiago y San Pedro montados en corceles blancos en lo más intenso de la batalla, “dando lanzadas y estocadas a los indios”, antes de la intervención de Cortés y los otros jinetes.

Portada de un ejemplar de la Biblioteca del Niño Mexicano de 1900 dedicado a la Batalla de Centla.

Esta sería la primera gran victoria de las huestes de Cortés en tierra continental americana. Como consecuencia, al otro día se presentaría el Halach Uinik TabsCoob en Potonchán con regalos, comida y veinte esclavas que le serían regaladas a los vencedores, entre ellas estaba la llave que abriría el mundo mesoamericano a Hernán Cortés y sus huestes: una mujer llamada Malinalli.

Finalmente, días después o el 25 de marzo (dato que cambia dependiendo la fuente que se consulte), se fundaría la población de Santa María de la Victoria donde se ubicaba la antigua Potonchán. Días después la expedición continuaría en busca de la tierra de los culhuas.

La batalla de Centla de acuerdo a un artista novohispano. Siglo XVII
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