Generalmente, cuando mencionan a Cupido la gente se imagina un serafín regordete que va volando en busca de personas a las que pueda enamorar con sus flechas. No obstante, ni Cupido es un serafín, ni su naturaleza es tan bonita como se tiene registrada en el imaginario colectivo.
Este personaje tiene su origen en la mitología griega, bajo el nombre de Eros. Hijo de Afrodita, diosa del amor, y Ares, dios del inframundo. Por lo que tiene una naturaleza ambivalente. Cupido es un ser caprichoso, a veces hasta violento, porque el amor es lo más alejado de la razón que existe. Por esta misma razón es por la que a veces se le representa con una venda en los ojos.
Según la leyenda, Venus encargó a su hijo Cupido (pícaro y carismático) que hiciera que esta se enamorara perdidamente de algún hombre de baja condición, feo, con tan curiosa suerte que quien se enamoró perdidamente nada más verla fue Cupido.