Luego de mas de cuatro meses de afectaciones por la pandemia del Covid-19, el comercio informal ha crecido en esta ciudad, pues las pocas fuentes de empleo que existían hasta mediados de marzo cayeron en mas de un 50 por ciento, por lo que muchas personas para lograr mantener a su familia, se han dedicado a comercializar algunos productos de especies pesqueras en las banquetas sobre la calle Grijalva, aprovechando que es la única vía para entrar y salir de la ciudad.
En la calle Grijalva esquina con Gregario Méndez, muy cerca de las tiendas comerciales de Soriana y Coppel, establecieron sus ventas de pescados y mariscos, otros se dedican a la venta de sandalias, donde busca obtener algo de ganancias para el sustento familiar, pues algunos fueron despedidos de su trabajo y otros los mandaron a descansar hasta que pase la pandemia, pero sin un salario.
Tal es el caso de Miguel Ángel, que vive aquí en la ciudad de Frontera y con solo 27 años de edad, dijo que antes de la pandemia trabajan en un hotel de esta ciudad, pero como su patrón tuvo que cerrar su negocio, lo despidió y al no tener ahora donde trabajar, tuvo que conseguirse una nevera para vender mojarras en la banqueta sobre la calle Grijalva entre Independencia e Ignacio Mejía, donde cuando le va bien puede juntar hasta 300 pesos de ganancias, pero el día que no vende nada. No lleva nada de dinero a su casa.
Don Antonio de 53 años de edad y con domicilio en la colonia Arrollo Polo primer sección de la ciudad de Frontera, dijo que él trabajaba embarcado en la pesca, pero como le comenzó a fallar la vista tubo que dedicarse a vender frituras por las calles y cantinas, pero por la pandemia cerraron estos tipos de negocios su trabajo también se terminó, ahora buscó vender en la banqueta camarón, caracol y jurel, donde hay ocasiones que puede ganar hasta 200 pesos, pero hay ocasiones que no gana nada.